Panchito Koyosho fueron dos amigos que marcaron huellas en dos momentos de mi vida. Uno de ellos, blanco, de abundante lana sedosa y ojos acaramelados me llamaba permanentemente con sus balidos y no dejó de hacerlo hasta los últimos momentos de su trágica partida: el otro, pequeño, de orejas gachas, pelos ensortijados y un dulce mirar, era un amigo como si fuera un ser humano. entendía todo, sólo le faltaba hablar. Hasta ahora estos recuerdos quedan y no serán fácilmente borrados, sino cuando lleguemos a aquel camino sin retorno que inexorablemente el tiempo nos conduce.
Friday, June 8, 2018
Panchito Koyosho
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